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lunes, 8 de septiembre de 2014

Cartagena de Indias e Isla Grande

Por fin estoy en América del Sur, con Libertad legalizada y lista para rodar….
Ahora a disfrutar de los días que tengo para recorrer Colombia antes de tener que volver a Canadá.
Y para comenzar con bombos y platillos nos fuimos desde tempranito al puerto de Basurto para tomar la única lancha que sale para Isla Grande. A las 9 de la mañana nos encontramos con otro Carlos que tiene una cabaña en una zona no turística en Isla Grande y que justo se venía para Cartagena y nos dejaba su casa, obvio que por $30000 cada uno jijijiji.
Así que compramos agua, comida y nos fuimos en una lancha que lleva a la gente local por las Islas del Rosario que es la zona del caribe de Colombia.



Aca descansan antes de trabajar jijiji



Mercado de Basurto

Yo, Nezz y Pato en la lancha listos para salir

Carlos tuvo que ir adelante 

El viaje dura más o menos 45 minutos y se ve cómo va cambiando el agua de color azul obscuro a turquesa y verdecito muy caribe…. Llegamos a un muellecito privado y ahí nomás estaba la cabaña al ladito del mar, no tenía playa de arena pero igual estaba muy lindo el lugar. Como no era la zona turística no había ni agua corriente ni luz eléctrica. Juntaban el agua de lluvia para algunas cosas y sino agua de mar. Para tomar teníamos nosotros el agua que habíamos traído.




Carlos, Yo, Nezz y Pato



Ya llegando a la isla se ve el cambio del color en el agua

Recién llegados nos recibieron Luis Fernando y Bairon quienes se estaban quedando en la casa también mientras los dueños no estaban. Lo primero que hicimos después de dejar las cosas en la cabaña fue ir a nadar un ratito porque el mar estaba llamándonos a gritos.

La cocina y la cabana a la derecha

Vista desde la cocina


Nuestra playa privada





Los manglares

Después de nadar y hacer snorkel un rato, Bairon nos preguntó si precisábamos la canoa que estaba atada al lado de la casa porque él quería ir a pescar así que yo me fui con él a través de los manglares a una laguna de agua salada que había en la isla. Con una tanza y un anzuelito nos pusimos a pescar, usando de carnada unos pescaditos que había atrapado Bairon antes de salir. Por desgracia no pude llevar la cámara  para mostrarles por donde nos metimos porque íbamos entre las raíces de los manglares y más de una vez nos tuvimos que bajar de la canoa porque se trancaba entre las raíces así que nos parábamos en las raíces y de ahí empujábamos la canoa. En unos 5 minutos llegamos a la laguna que no era muy grande pero como estaba la marea alta el agua se metía mucho entre las raíces y eso hacía que hubiera poco pique. Igual pescamos 2 Robalos y dos barracudas. Con la pesca del día nos volvimos a la cabaña y en un ratito Bairon tenía los pescados limpios y el aceite caliente para hacer el almuerzo.

Llendo a pescar con Bairon



Después como hacía mucho calor se nos ocurrió hacer un gancho para ver si podíamos pescar pulpos que supuestamente habían mucho entre las piedras, pero tras armar el gancho y salir con los snorkel hasta donde supuestamente estaban las piedras llenas de pulpos… pero no encontramos ni las piedras ni los pulpos jijij. Pero por lo menos me quede bien rojito de tanto sol jijijiji
El resto de la tarde se no fue en dormir, leer, nadar otro poco y conversar.


No menti cuando dije que nos pasamos durmiendo, Nezz y Pato agarraron las hamacas enseguida jijij

A esta no hay quien la mueva 


Haciendo de tarzan en los Manglares


A la mona chita le hace falta practica

Llegada la tardecita Bairon y Luis Fernando nos llevaron a la laguna encantada, que quedaba a 10 minutos caminando de la casa. Fuimos a ver porque decían que en esa laguna había plancton bioluminiscente, o sea bichitos de luz acuáticos jijijiji. Cuando estábamos llegando nos cruzamos con 2 chilenos que venían de la laguna y no habían visto nada, pero igual seguimos hasta la laguna. Al llegar ahí  había una pequeña plataforma de madera para entrar y salir del agua, pero no se veía nada que generar luz más que las estrellas jijijiji.
Yo dije que me iba a meter y el resto dijeron que iban a ver qué pasaba así que me tire de bombita esperando ver una explosión de color pero nada… Les pregunte a ellos se habían visto algo y no. Pero como el agua estaba tan deliciosa me fui nadando un poco más lejos y de repente vi como chispitas de colores enfrente mío y me di cuenta de que si había plancton pero con todas las linternas prendidas no se había visto. Y ahí les dije que sí que había pero nadie me creía porque ellos no veían nada. Lo más divertido fue que en ese momento llego una familia, el papa, la mama y una nena que no tendría más de 7 u 8 años. Llegaron con las patas de rana y los snorkel y se comenzaron a preparar para meterse y cuando el resto vieron que hasta la nena se iba a meter juntaron coraje y se metieron todos, menos Bairon y Luis Fernando que no se animaron. Lástima para Uds. que no se puede ver en fotos pero la verdad que era un espectáculo muy lindo el mover las manos bajo el agua y ver como se prendían como chispas los plánctones.

A punto de entrar a la laguna encantada

Nezz y Carlos nadando en la laguna encantada

Luego de la nadada, nos volvimos a la casa y cocinamos la cena rapidito. Lo que teníamos que tener cuidado era porque había subido la marea nuevamente y ahora el agua rodeaba la cocina y para pasar de la cocina a la cabaña te mojabas las patitas jijijiji.
A la hora de dormir sacamos los colchones de la cabaña y nos fuimos a acostar al muelle. Dormimos bajo las estrellas. Estábamos los 6 tirados en la punta del muelle que corría un vientito muy lindo que mantenía el mosquito a raya. Con los primeros rayos del sol se vio un amanecer muy lindo pero a todos nos dio pereza para sacar una foto jijijiji, así que seguimos durmiendo y como a las 7 de la mañana cuando ya nos estábamos por levantar porque estaba empezando a hacer calor, siento una lancha que venía para el muelle, era la de las 7 de la mañana que pasa todos los días y en eso una señora de la isla paso por el muelle entre todos los colchones, se subió a la lancha y se fue. Yo quede muerto de risa con la normalidad del asunto para todos jijijiji.



La vista del amanecer desde mi cama en el muelle



El cuarto/muelle

La lancha de las 7 am


Lavando la taza del desayuno en el canalcito

Bairon, Yo, Nezz y Luis Fernando

Desayunamos arepas de huevo y empanadas de pescado que yo fui a comprar al pueblo. Nos agarramos las bicis y nos fuimos con Luis Fernando. Cuando llegamos al pueblo recién estaban armando el puestito así que nos tocó esperar un ratito para que nos hicieran el desayuno pero estuvo bueno porque pude ver como hacían las cosas.


Isaura haciendo las empanadas de pescado e Isadia cocinandolas

Como rellenar las arepas de huevo

Cocinando las arepas de huevo


Ninos de Isla Grande


Volviendo a la cabana con el desayuno casi no llego jijiji

Después del desayuno armamos los bolsos y nos metimos a buscar pulpos de nuevo, esta vez Nezz se nos quiso unir así que salimos en la canoa pero a mí se me ocurrió verificar que Nezz supiera saltar de la canoa y subir una vez estando en el mar y menos mal que probamos porque en el salto nos llenó media canoa de agua y cuando se quiso subir casi nos hundimos del todo, por suerte Luis Fernando y yo Saltamos a tiempo y evitamos que se llenara la canoa completamente de agua pero nos todo salir nadando con la canoa de tiro para poder vaciarla jijijiji.
En el segundo intento, no la dejamos bajar a Nezz en el agua jijijiji pero tampoco encontramos ningún pulpo ni las famosas piedras tampoco pero igual nos divertimos.
Al medio día nos pasó a buscar una lancha para volver a Cartagena pero era una lancha de turistas y hacia una parada en Playa Blanca por un par de horas lo cual nos pareció un bono bueno porque es una playa muy linda y renombrada.
Al llegar a Playa Blanca nos tocó literalmente saltar del barco a la playa, lo cual para nosotros no era un gran problema pero había unas viejas que se las vieron complicada para salir jijijiji.
La playa muy linda pero está muy comercial, imagínense que ni bien nos bajamos llegaron como 7 tipos con unos baldecitos con almejas, yo quise pasar y le dije que no quería pero me seguía insistiendo y me dijo que era un regalo de bienvenida así que para que no jodiera más comí una, pero cuando me quiso dar la segunda vi que había algo raro y le dije que no quería más que no tenía dinero y me dijo que le tenía que colaborar y yo le dije Ud. me dijo “es un regalo de bienvenida” si me hubiera dicho que había que pagar no la comía que no tengo efectivo y se enojó un poco pero me dejo ir. A Nezz la tenía uno de los del baldecito comiéndose la tercera almeja y no la dejaba irse y Nezz le decía que a ella no le gustaban pero el tipo poco más se las metía en la boca así que fui y le dije que la dejara en paz que ya le habían dicho que no quería y este se enojó más pero nos dejó ir también. Lo que me molesto más fue que los del barco no decían nada contra este hostigamiento masivo porque a todos los que se bajaban le atoraban las almejas de mierda. Así que arrancamos mal con Playa Blanca, después decidimos irnos a un lado de donde estaban los barcos de turistas pero los vendedores no paraban de ofrecerte cosas, pero eran los mismo 20 vendedores que pasaban cada 5 minutos frente tuyo y te ofrecían lo mismo una y otra vez al final no te dejaban ni conversar tranquilo porque se te metían en la cara a ofrecerte.


Playa Grande


Ni para sacarte las fotos te dejaban tranquilo los vendedores

Cuando no hay gente se aprecia mejor la belleza del lugar

Carlos, Pato, Nezz y Yo

Para escapar de los vendedores nos fuimos a snorkelear un rato, íbamos de a dos para que los otros cuidaran las mochilas por las dudas. Pero ni eso pude disfrutar porque cuando estábamos sobre el arrecife que estaba cerca de la playa, los de las moto lanchas y las lanchitas con las bananas te pasaban muy cerquita, y los peores eran los que ofrecían las moto lanchas que se te venían arriba mientras nadabas para ofrecer la moto lancha.
Así que las dos horas que pase en Playa Blanca no pude ni disfrutar un ratito, el lugar es muy lindo pero para mi gusto esta arruinado por la falta de control que hay sobre todo, me contaba Carlos que hace unos años no era así, pero que hace poco conectaron la Isla Barú (que es donde está la playa) por puente con el continente y eso ha hecho que tuviera una explosión de turismo. Supuestamente antes iba re poca gente y estaba muy buena. Una lástima que no se organicen para que pueda haber comercio para la gente del lugar con el turismo pero que puedas disfrutar de tan linda playa.
De Playa Blanca, tras trepar como monos a una lancha para volver a Cartagena, porque nuevamente no había ni una escalera para subir a la lancha, lo único que te ofrecían era la pierna de un negro que servía de escalón pero que dos por tres se movía con las olas y alguno se mojó más de la cuenta jijijiji.





Volvimos a Cartagena con tormenta pero sin lluvia


Llegamos de nuevo a Cartagena, esta vez llegamos al muelle turístico que está más cerca del centro. Caminamos de nuevo para donde habíamos dejado las camionetas estacionadas ya que todavía no teníamos el seguro obligatorio así que no las podíamos usar legalmente. En el camino preguntamos para comprar el seguro pero como eran las 5 de la tarde nos dijeron que hasta el lunes no lo podíamos comprar, una cagada porque yo me quería ir de Cartagena al día siguiente, para irme a Sincelejo que tenía un contacto para ver los temas mecánicos de Libertad que era algo que me tenía preocupado.
El sábado me pase buscando una aseguradora que me vendiera el SOAT pero o solo lo podían vender por un ano, o no me lo vendían si no tenía la tarjeta de crédito de ese banco. O estaban cerrados hasta el lunes así que di vueltas por varios barrios de Cartagena pero sin suerte. 

Por la noche salimos a caminar otra vez por la ciudad amurallada a comer unas carimañolas con la arepera que estaba cerca del Parque Bolívar que no sabíamos dónde estaba pero siempre llegábamos ahí pero siempre por un camino nuevo jijijiji. Esa noche salimos Nezz, Cesar (un español que estaba en el hostal con nosotros), pato y yo porque Carlos había decidido irse a otro hostal que tuviera más joda porque en el que estábamos nosotros era muy tranquilo jijijiji.

Mas arepas

Carimaniolas (las blanquitas) bunuelo (el del medio) y arepa de huevo, queso y pollo (atras)

Cesar y yo esperando la cena

Yo y Ana la cocinera de arepas

En una de las vueltas nos encontramos con este grupo en una plaza, si miran bien a la que esta atras  con el instrumento (que hace chiqui chiqui) se ve que al final esta mirando el celular mientras toca musica, ya me parece el colmo de la adiccion al celular....

Domingo lo pasamos descansando y haciendo poco porque ya no nos quedaba nada por hacer en Cartagena de las cosas turísticas gratis jijijiji, y ese día sí que hizo calor así que estuve bajo la sombra de un mango que había en el patio y escribí para el blog un rato. Otra noche de caminar por la ciudad amurallada para matar las horas y ahora si a dormir que el lunes iba a ir a comprar el seguro y nos íbamos para Sincelejo.



El que hizo este monumento no penso mucho en la perspectiva, era un monumento a los pescadores pero.....

Panoramo de Cartagena al atardecer



Descubrimos que si te moves mientras sacas una foto panoramica pasan estas cosas

Atardecer sobre la parte vieja de la ciudad



Atardecer desde la muralla

Lunes temprano salimos rumbo a una aseguradora que nos habías dicho nos vendía el seguro por mes y resulto que lo menos que lo vendían eran 3 meses y me pedían más de $130.000 pesos colombianos, además que me vendían el seguro de un ómnibus de 20 pasajeros porque no encontraban nada parecido a Libertad en el sistema. Así que nos fuimos a otra aseguradora, de camino levantamos a Carlos de su hostal y nos fuimos a la aseguradora del Estado que sabíamos nos vendía el seguro por 2 meses mínimo pero tampoco nos salió tan barato porque pagamos $111.400 pesos colombianos por 2 meses. Lo más curioso del SOAT es que solo cubre a los pasajeros del vehículo y/o transeúntes, no cubre ni al auto ni a los del otro auto ellos deberían tener su SOAT, me parece un poco extraño pero bueno es la ley y hay que cumplirla.
Y ahora sí, nos fuimos de Cartagena rumbo a Sincelejo pero eso es para otro día.
Gracias por leer

Juan