Llegamos a
Riohacha y yo contento de estar en la guajira porque como es un departamento
plano se avanza rápido y las carreteras están en buen estado sin tener
demasiados peajes jijijiji. Además que la nafta va bajando de precio cuando más
te acercas a la frontera con Venezuela porque la traen de contrabando y es
mucha la diferencia. Igual es gracioso ver los puestos de nafta por la
carretera vendiendo nafta totalmente ilegal y nadie les dice nada o sea que yo
muy inocentemente me imagino que “colaboran” con las autoridades para que nadie
diga nada.
En Riohacha
tras el ahora típico, busque lo más barato que hay para dormir y luego regatee
hasta que nos terminen pagando por dormir ahí, conseguimos un hotel que nos
dejaba dormir a los 5 en una habitación con colchones en el piso por $50.000 lo
cual es una gran rebaja del primer hotel que quería $200.000. Salimos a dar una
vuelta por la rambla a conocer un poco y ver como venía el ambiente del
festival pero nos olvidamos de las cámaras de fotos así que se tendrán que
imaginar una rambla llena de gente vendiendo comida y chucherías con mucha
gente caminando y comprando.
Lo que me
llamo la atención pero aun así no tengo fotos es como organizaban el escenario.
Porque estaba todo vallado y tenías el sector VIP 1, el VIP 2 y la zona popular
pero después había como 3 palcos que tenían nombre de marcas de cerveza que
eras los mayores auspiciantes me imagino y con la entrada a cualquiera de la
zonas pagas te daban cervezas, básicamente comprabas las cervezas con la
entrada y cuanto más querías tomar más cerca del escenario te ibas a quedar jijijiji.
Nosotros obviamente nos quedamos detrás de la valla de la parte gratis que
también estaba llena de vendedores y era en la playa, pero en la parte popular
había dos pantas gigantes que al final veías el escenario muy cerquita aun
desde la zona gratis.
Yo no sé si
era muy temprano o si estaban todos muy sobrios o que paso pero en el rato que
estuvimos nosotros no vimos a nadie bailar y eso que supuestamente estos eran
los mejores exponentes del “Vallenato”, igualmente como no soy muy amante de la
música me aburrí rápido y me fui luego de ver 2 grupos en la batalla de las
bandas, el resto se quedaron un ratito más pero no mucho.
Al otro día
nos fuimos a una playa que estaba cerca de Riohacha antes de salir para el Cabo
de la Vela, la playa se llama Mayapo y está muy linda pero como pasa en muchas
partes el turismo transforma la playa y la gente que vive ahí. De entrada toda
la playa está llena de techitos para sombra con mesas y sillas pero obvio que
hay que consumir para usarlas. Dejamos la camioneta en una sombra de un árbol y
le pregunte si me cobraban por dejar la camioneta ahí. Para mi sorpresa me
dijeron que no y nos fuimos a caminar un poco, terminamos quedando en un
techito porque los chicos se tomaron un cerveza y nos ganamos el derecho a
sombra. El agua muy linda y la playa bien limpia, pero si daba frio salir del
agua porque había mucho viento y el agua estaba más bien fría.
Nos pasamos
la tarde leyendo y conversando. A media tarde pedimos un pescado frito para
almorzar, bueno pedimos 3, y no solo demoraron más de una hora en hacerlo sino
que lo trajeron frio y por si fuera poco lo que nos estaban cobrando nos dieron
una muestra gratis de arroz y de patacones y lo que supuestamente era la
ensalada literalmente eran 3 pedazos de cebolla y 1 de tomate. Nadie quedo
contento pero lo comimos igual, pero cuando fuimos a llevar los platos vimos
que a una familia de colombianos que estaban comiendo en otro techito les
dieron el plato bien lleno, es otro ejemplo más de lo que pasa cuando te ven
cara de turista, yo iba a pagar e irme pero ellos se fueron a quejar y nos
regalaron un plato y solo nos cobraron 2 que fue un poco más justo pero
igualmente ya me dejo con mala impresión del lugar y su gente. Para rematar la
tarde Carmen, Cristina y Jose se dieron un masaje de 15 minutos que según ellos
fue maravilloso y los dejo muy relajados, yo creo que más que nada les aflojo
los nudos y contracturas que tienen de dormir en hamacas y de cargar las
mochilas igualmente ellos quedaron muy contentos.
Playa de Mayapo
Carmen y Jose en Mayapo
Carmen, Cristina, Yo y Jose esperando el almuerzo, cuando no sabiamos todavia que nos iban a estafar
Las masajistas
Volvimos a
Riohacha a pasar la noche, volvimos a ir a la zona del festival pero como era
domingo estaba súper lleno y nos dio pereza hacer la fila para entrar a la zona
detrás de la gratis porque la presencia policial era muy grande y a los hombres
nos registraban uno por uno para ver si no portábamos armas. Así que nos fuimos
con Jose y Carmen a caminar por un muellecito que tienen ahí y no mucho más.
Carmen y Jose en Riohacha con las luces del festival de Vallenato de fondo
Lunes
salimos para Cabo de la Vela, yo medio preocupado porque hay muchos comentarios
de que pasando la Ciudad de Uribía la carretera no está asfaltada ni señalizada
y que los Wayuu que son los indígenas de esa zona son de andar armados y
de asaltar vehículos. Pero bueno en
peores lugares me he metido dije yo y para allá salimos. Cargamos provisiones
de comida y agua y salimos.
La
carretera hasta Uribía en buenas condiciones pero pasando de la entrada de Uribía
empezaba el balastro, estaba un poco picada por las piedras pero en bastante
buen estado, lo que yo no sabía era que desde Cerrejon que es una mina de
carbón sale un tren que va hasta Puerto Bolívar que es pasando el Cabo y la
carretera esta de balastro es como de acceso y mantenimiento de la vía así que
había bastante señalización, preguntando en Uribía nos dijeron que había un
cartel que decía Cabo de la Vela en el camino o si no podíamos seguir hasta
Puerto Bolívar y de ahí retornar por la costa hasta el Cabo, además en el
camino la gente del mantenimiento de la vía nos comentaron que había una
entrada en el km 103 que estaba buena pero esa entrada nunca la vi.
Desde Uribía
estaban muy bien marcados los mojones en la carretera pero también había
marcadas las entradas por kms a la vía férrea que estaba desfasada con los kms
de la carretera por una diferencia de 2 o 3 kms. En el km 124 de la carretera
hay un cartel muy grande que dice Cabo de la Vela 17kms y ahí te metes en un
camino que cada vez se hace más chico y del cual salen varios más pero todos
parecen reencontrarse más adelante yo igual seguí el más grande todo el tiempo,
para mi sorpresa vi 3 carteles más en ese camino que me devolvían la seguridad
de que iba en buen camino y por fin llegamos la costa, 5 minutos más y llegamos
al Cabo, la carretera está en mal estado pero es transitable aunque yo no me metería
con un auto bajito, para eso me iría hasta Puerto Bolívar que es más lejos pero
me dijeron luego que el camino es mejor.
Manejando en la Guajira
Cada vez menos vegetacion
Alex, Carmen y Jose llegando al Cabo de la Vela
Una cancha de Basquetball en el medio del desierto se merece una foto
El Cabo de
primera vista es muy lindo, el agua azul cristalino y todas las casitas de
madera ofreciendo nafta y alojamiento jijijiji. Lo atravesamos todo y volviendo
paramos a preguntar en uno de los refugios que hay para acampar. Nos recibió
“twenty” que nunca supimos si era el nombre real o un apodo pero que cuando se presentó
a Cristina le pareció que le estaba diciendo el precio y se puso a regatear
enseguida jijijiji. Al final nos salió muy económico porque nos cobraron
$10.000 pesos por un techito por los 5, igualmente era solo eso, un techito con
3 paredes, no había baños para eso estaba o la playa o había que caminar una
cuadra hasta unas dunas de arena minadas (porque eran el baño del pueblo) y
encontrar un lugarcito donde dejar otra mina más.
Enseguida
que nos bajamos nos invadieron como 10 niños, algunos hijos de Twenty y Blanca
otros eran vecinos. También medio pronto llegaron unas vendedoras de artesanías
Wayuu pero por suerte no habían muchos ni volvían cada 5 minutos a insistir.
Los niños por otra parte si volvían a cada rato, había que tener cuidado porque
se subían todo y todo tocaban pero bueno es la curiosidad natural de los niños.
Aprendiendo las banderas
Arreglando la red para Manta Rayas
Estacion de Servicio en el Guajira jijijij
Nuestro refugio
Vendedora Wayuu tejiendo un bolso
Cristina entreteniendo a los ninos
Unico mural que vi en todo el Cabo
Playa del Cabo
3 días de
playa, sol y viento. Porque estábamos frente al mar, pero como la Guajira es un
desierto todas las tardes volaba un viento bastante fuerte desde el desierto al
mar que me hizo agradecer que tuviéramos el refugio para que nos protegiera del
viento. Los refugios los hacen con palos de árboles que traen del sur y con
madera que sacan del corazón del cactus seco. Los árboles se los dan
garantizados por 5 años pero la madera del cactus tiene garantía de 50 años
siempre y cuando cada 10 años la saquen y le saquen la tierra y el polvo que se
le acumulan.
Atardecer en el Cabo
El campamento
Cristina y Carmen
Carmen cocinando
Como todas las tarde hay viento el Kite surf es muy popular
Acarreado la lena para la fogata de la noche
Jose ayudando a cocinar
Nos
levantábamos todos los días antes del amanecer porque ya hacía calor y el
resplandor te hacía pensar que eran las 10 de la mañana. De ahí nos tirábamos
en las hamacas a descansar y desayunar.
El segundo día
nos fuimos caminando hasta El Pilón de Azúcar que es una piedra muy grande que tiene una virgen encima
pero que da una muy buena vista de la zona, pero nosotros no muy inteligente
nos fuimos descalzos pensando que como era desierto iba a ser todo arena, la
primer media hora sí, pero después cada vez había más piedras y al final
subimos el Pilón que era un camino de piedras puntiagudas y calientes por el sol….
Los pies me quedaron a la miseria jijijiji, me pasa por bruto, pero también fue
el único que se volvió caminando el resto esperaron unas horas y se volvieron
en auto de gente que había ido andando hasta el Pilón.
Camino al Pilon
Vistas desde el Pilon
Cristina que queria saltar al agua
No sé si
fue casualidad o al camioneta y el movimiento pero todos los días llegaba más
gente a los refugios donde estábamos nosotros, primero llegaron 3 italianos,
luego un francés, el segundo día una Japonesa y el tercer día 3 argentinos.
El tercer día
nos fuimos a ver el atardecer al faro que si bien el faro era una desgracia el
punto también era muy favorable para la vista y se veía muy lindo.
Carmen y Cristina en el Faro
Carmen y Aiko en el faro
Jean Marco, Yo, Carmen y Cristina en el faro
Cerro de la cruz
Por las
noches prendíamos fogatas en la arena porque Manuel uno de los chicos era medio
piro maníaco y se traía una carga de leña todas las tarde para prender una
buena fogata y hasta que no quemaba todo no se iba a dormir jijijiji. Una de
esas noches me quede conversando con Aiko hasta tarde y vimos la puesta de la
luna que justo antes de ponerse se puso roja y se veía muy linda.
Luna roja
El cuarto día
era el día de salida, pero como solo hay una camioneta de pasajeros y carga que
sale del Cabo y es a las 4 30 am, todos me pidieron a mí para salir conmigo, así
que entramos 5 y cuando salimos éramos 10 con mochilas y todo. Pobre Libertad
iba cargada hasta las manijas pero se portó bien y aunque no llenamos de tierra
en el camino hasta Uribía llegamos bien. 5 se bajaron en 4 Vías de Maicao pero
no fueron los 5 que se subieron en Cabo porque una de las Carmenes se bajó ahí
porque iba para Barranquilla y nosotros nos quedamos con Aiko que iba para
Valledupar porque hace 4 meses que vive ahí y está intentando aprender a tocar
el acordeón para tocar Vallenato.
Aiko, Jose, Jean Marco, Patricia, John, Cristina, Carmen, Carmen y Rafael (de espaldas)
Aiko, Jose, Jean Marco, Patricia, John, Rafael, Cristina, Carmen y Carmen todos estos venian adentro de Libertad un poco apretados jijiji pero salimos
Llegando a
Valledupar Aiko nos invitó a quedarnos en su casa y como ya se estaba haciendo
tarde nos quedamos. Igualmente no era tan tarde porque nos dio para ir a un rio
en el que se puede bañar y nadar y nos vino muy bien para sacarnos el agua
salada del cuerpo porque los 4 días que estuvimos en el cabo nadie se bañó con
nada que no fuera agua salada y el pegote era grande jijijiji. En el rio había
una señora lavándoles el pelo a sus hijas y todos se fueron a pedirle shampoo
para lavarse el pelo y la señora hasta le refregó el pelo a Carmen y Aiko fue
muy divertido.
Cristina y Jose pidiendo shampoo a la Dona
Con los pelos limpios disfrutando del sol
Durante la
cena en la casa de Aiko, no sé si fue que la convencimos o si ella nos
convención a nosotros pero la cuestión que quedo arreglado para que se viniera
con nosotros hasta Bucaramanga jijijiji. Pero eso es para otro día porque esto
ya está largo
Gracias por
leer
Juan