Llegamos a
Salento con Sofía y Ahmed y nos quedamos en la Casa de Lili porque Ahmed tenía
una resera ahí y nos pareció bien.
Salento es
un pueblito de unas 3500 personas, mismo tamaño que Inuvik, pero en los últimos
años se ha vuelto súper turístico por su cercanía al Valle del Cocora, además
por ser un pueblo tan pequeño y colonial tiene una identidad única pero si no
se apuran en venir a conocerlo se van a perder la parte de la identidad porque
con tanta afluencia turística esta se está perdiendo muy rápidamente.
Y como la
gran mayoría de los turistas lo que más queríamos hacer durante nuestra estadía
en el pueblo era ir al Valle del Cocora a ver las palmeras de cera que son las
palmeras más altas del mundo con una altura de más de 40 metros.
Para ir al
Valle nos fuimos en Jeep porque era más barato que llevar la Camioneta además
que fue una buena aventura porque para maximizar la carga a 4 nos tocó ir
parados en el paragolpes trasero y agarrados de las barras de la lona para no
caernos jijijiji.
Ahmed, Yo, un frances y Sofia yendo para el Valle del Cocora
Llegamos al
valle y nos pusimos a caminar. Todos íbamos siguiendo el camino que parecía el
camino principal pero teníamos un arma secreta, Ahmed ya había estado en el
Valle y nos iba contando de las vistas que íbamos a tener y que no lo íbamos a poder
creer. Todo iba bonito, no era muy difícil el camino, ni muy empinado y cada
poco había unos puentes colgantes un poco endebles pero que le daban un lindo
toque a la caminata. Así caminamos como una hora, hora y media hasta llegar a
una bifurcación. Por un lado estaban los carteles para ir a la casa de los
colibrís pero Ahmed nos dijo que no solo había que pagar sino que no valía la
pena. Para el otro lado estaba la cuesta de la montaña pero a Ahmed no le
sonaba haber ido por ahí así que seguimos rumbo a la casa de los colibríes.
Pasamos la entrada principal y seguimos los carteles que decían que para llegar
a la estrella del agua, un pueblo en las montañas había que caminar 5 kms más.
Pero tras otra hora, hora y media de caminata sin siquiera haber visto nada
porque todo el camino había sido entres los arboles nos encontramos con 4
personas bajando que nos dijeron que ellos habían seguido una hora más y que
habían quedado a 2 kms del pueblo y no se veía ninguna salida que no fuera ese
mismo camino que íbamos nosotros. Así que nos dimos vuelta hasta llegar a la
bifurcación. Ahí seguimos el camino de la cuesta de la montaña y resulto ser
ese el camino que Ahmed había hecho jijijiji. Pasamos por una casa que estaba
por ahí y seguimos el camino de regreso a donde salían los Jeeps, pero en una
curva nos encontramos con la vista que Ahmed nos había contado y la verdad que
era deslumbrante y para tanto alboroto jijijiji.
No solo por
las palmeras de cera sino por el lugar y los tonos de verde que se veían sino por
el cambio tan drástico del paisaje comparado con todo lo que habíamos visto
hasta ese momento. Y bueno de ahí íbamos parando a cada rato a apreciar el
paisaje y las palmeras que realmente uno no se da cuenta de lo grande que son
hasta que no se para alguien al lado y te das cuenta que no sos nada.
Vista desde la casa en la Cuesta de la Montana
Vistas al Valle del Cocora
Palmeras de cera
Para que se den cuenta lo alta que son, el punto rosa es Ahmed en la base de la palmera
Las palmeras se aprecian mas al estar en los corrales de ganado pero esta practica hace que el numero de palmeras esta en rapido descenso porque la vacas se comen los brotes de nuevas palmeras.
Son tan altass que no logre sacar una foto en la que se aprecie desde cerca
Ahmed estaba disfrutando del paisaje
Y de ahí
nos volvimos parados otra vez en el para golpes para Salento en donde para
celebrar el día hice unas pizas a la plancha que me quedaron riquísimas
jijijiji.
Regresando a Saleto otra vez prendidos en el jeep
Y ahí
termino el viaje con Ahmed que se fue para Medellín a encontrarse con un amigo
temprano en la mañana. Mientras que Sofía y Yo subimos al mirador de Salento
antes de yo seguir mi viaje para Manizales porque Sofía se pensaba quedar unos
días descansando en Salento.
Salento desde el mirador
Gracias por
leer
Juan
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