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sábado, 13 de junio de 2015

Salento

Llegamos a Salento con Sofía y Ahmed y nos quedamos en la Casa de Lili porque Ahmed tenía una resera ahí y nos pareció bien.
Salento es un pueblito de unas 3500 personas, mismo tamaño que Inuvik, pero en los últimos años se ha vuelto súper turístico por su cercanía al Valle del Cocora, además por ser un pueblo tan pequeño y colonial tiene una identidad única pero si no se apuran en venir a conocerlo se van a perder la parte de la identidad porque con tanta afluencia turística esta se está perdiendo muy rápidamente.
Y como la gran mayoría de los turistas lo que más queríamos hacer durante nuestra estadía en el pueblo era ir al Valle del Cocora a ver las palmeras de cera que son las palmeras más altas del mundo con una altura de más de 40 metros.
Para ir al Valle nos fuimos en Jeep porque era más barato que llevar la Camioneta además que fue una buena aventura porque para maximizar la carga a 4 nos tocó ir parados en el paragolpes trasero y agarrados de las barras de la lona para no caernos jijijiji.

Ahmed, Yo, un frances y Sofia yendo para el Valle del Cocora 

Llegamos al valle y nos pusimos a caminar. Todos íbamos siguiendo el camino que parecía el camino principal pero teníamos un arma secreta, Ahmed ya había estado en el Valle y nos iba contando de las vistas que íbamos a tener y que no lo íbamos a poder creer. Todo iba bonito, no era muy difícil el camino, ni muy empinado y cada poco había unos puentes colgantes un poco endebles pero que le daban un lindo toque a la caminata. Así caminamos como una hora, hora y media hasta llegar a una bifurcación. Por un lado estaban los carteles para ir a la casa de los colibrís pero Ahmed nos dijo que no solo había que pagar sino que no valía la pena. Para el otro lado estaba la cuesta de la montaña pero a Ahmed no le sonaba haber ido por ahí así que seguimos rumbo a la casa de los colibríes. Pasamos la entrada principal y seguimos los carteles que decían que para llegar a la estrella del agua, un pueblo en las montañas había que caminar 5 kms más. Pero tras otra hora, hora y media de caminata sin siquiera haber visto nada porque todo el camino había sido entres los arboles nos encontramos con 4 personas bajando que nos dijeron que ellos habían seguido una hora más y que habían quedado a 2 kms del pueblo y no se veía ninguna salida que no fuera ese mismo camino que íbamos nosotros. Así que nos dimos vuelta hasta llegar a la bifurcación. Ahí seguimos el camino de la cuesta de la montaña y resulto ser ese el camino que Ahmed había hecho jijijiji. Pasamos por una casa que estaba por ahí y seguimos el camino de regreso a donde salían los Jeeps, pero en una curva nos encontramos con la vista que Ahmed nos había contado y la verdad que era deslumbrante y para tanto alboroto jijijiji.


Vista desde la casa en la Cuesta de la Montana







Vistas al Valle del Cocora

No solo por las palmeras de cera sino por el lugar y los tonos de verde que se veían sino por el cambio tan drástico del paisaje comparado con todo lo que habíamos visto hasta ese momento. Y bueno de ahí íbamos parando a cada rato a apreciar el paisaje y las palmeras que realmente uno no se da cuenta de lo grande que son hasta que no se para alguien al lado y te das cuenta que no sos nada.


Palmeras de cera

 Para que se den cuenta lo alta que son, el punto rosa es Ahmed en la base de la palmera


Las palmeras se aprecian mas al estar en los corrales de ganado pero esta practica hace que el numero de palmeras esta en rapido descenso porque la vacas se comen los brotes de nuevas palmeras. 

No se si la veran pero en esta foto esta Sofia, a ver si la encuentran 




Son tan altass que no logre sacar una foto en la que se aprecie desde cerca


Ahmed estaba disfrutando del paisaje


Y de ahí nos volvimos parados otra vez en el para golpes para Salento en donde para celebrar el día hice unas pizas a la plancha que me quedaron riquísimas jijijiji.

Regresando a Saleto otra vez prendidos en el jeep





Y ahí termino el viaje con Ahmed que se fue para Medellín a encontrarse con un amigo temprano en la mañana. Mientras que Sofía y Yo subimos al mirador de Salento antes de yo seguir mi viaje para Manizales porque Sofía se pensaba quedar unos días descansando en Salento.

Salento desde el mirador

Gracias por leer
Juan

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