No se si era el hambre o la novedad de que íbamos a comer
chancho jabalí pero volver al pueblo se me hizo mas corto que llegar al cenote.
La casa de Leonardo estaba enfrente a un parquecito en el
centro. Y cuando llegamos nos dejo con su hijo Diego y se fue a buscar a su
señora esposa para que nos cocinara.
Como siempre que me ha tocado convivir con alguna familia de
indios nativos, se nota fácilmente las grandes diferencias culturales de
entrada. Y en este caso más todavía porque entre ellos hablaban en maya y
cuando nos hablaban en español tenían un acento muy particul
ar. También en los manierismos
y la forma de relacionarse con nosotros. Esta muy claro que han visto mucha
gente blanca pero se ve que aun así no son tantos los que se vienen a
relacionar con ellos. Y en el correr de los días pasamos de ser unos visitantes
mas a ser el centro de atención y diversión para muchos de los locales.
Mientras venia Marisela a cocinarnos Diego que fue desde el
principio el más curioso de todos y el más atrevido por así decirlo, nos enseno
unos cachorritos que le había regalado a su papa para poder ir de cacería
porque la perrita que tenían estaba muy vieja ya para salir a cazar. Hablando
de cacerías estábamos cuando paso una cuadrilla de muchachos cada uno en su
bicicleta con su escopeta cruzada al hombro y su machete colgando del cinturón
y Diego nos dijo que iban a buscar venado, pero el venado de ahí es del tamaño
de un perro y parece que es bastante difícil de encontrar.
Diego con uno de los cachorritos
La iglesia catolica
No pasaron ni 10 minutos y llego Marisela con Adelaida
quienes enseguida se pusieron a preparar el jabalí con repollo y tomate y nos
dieron unas tortillas para hacer unos taquitos.
Maricela y Adelaida haciendo tacos de jabali
Luego de comer como nos habíamos comido todas las tortillas
toco ponerse a hacer mas pero aquí hacen la masa de la tortilla con el grano
del maíz y no con harina ya molida, o sea que compran el grano del maíz, lo
hierven con cal, lo dejan reposar por varias horas en la cal para que se afloje
la cascara y luego de lavarlo varias veces para que se salga la cascara lo
llevan al molino en donde lo muelen con un poco de agua y ya sale la masa
pronta, antes molían el maíz en mortero de piedra a mano, pero ya eso casi
nadie lo hace porque ya es demasiado trabajo. Pero hacer la masa no es todo
todavía hay que hacer las tortillas a mano, aquí casi no les gusta hacerlas con
tortillera, y cocinarlas en el comal que
va con una capa de cal para que no se peguen las tortillas.
Cocinando el maiz para las tortillas
La gran diferencia entre hacer las tortillas a mano y con la
tortillera para Marisela y Adelaida era muy poca en cuestión de tiempo, ahora
cuando nos dejaron intentar a Flavio, Juan y a mi, fue otra historia, no solo
que ellas hacían 10 y nosotros una y toda chueca, sino que no lográbamos que no
se nos pegara la masa a los dedos.
Adelaida y Maricela haciendo tortillas
Nosotros intentando hacer tortillas a mano
Dios sabrá que dirían de nosotros, pero que se han reído un
muy buen rato de lo torpes que éramos si que lo hicieron, y menos mal porque se
nota que ellos se perciben menos que el resto de la gente y sobre todo las
mujeres no se burlan de los hombres y mucho menos de hombres que no conocen.
Luego de comer y hacer tortillas, nos llevaron al otro
cenote a armar la carpa y a bañarnos porque a pesar de ser las 7 de la tarde el
calor no aflojaba mucho.
Ahora lo mas extraño o tal vez lo mas extremo de este lugar
o por lo menos de la gente con la que mas nos relacionamos era que eran todos súper
fervorosamente religiosos, la gran mayoría pertenecía a la iglesia evangélica.
Y nos invitaron a un servicio y un trabajo de grupo que había en el templo esa
noche. Toco ponerse pantalones y salir al templo. Como les decía me pareció
extraño tanta devoción y tanto alboroto frente al trabajo en grupo que era
sobre la familia pero por lo que hable con varias personas luego, se notaba que
o era ese extremo o el opuesto ya que fueron varios los que me contaron como
quien te cuenta lo que comió ayer lo mal que iban sus vidas por el alcohol y
como le pegaban a sus mujeres y se habían querido matar o los habían querido
matar y no se cuantas historias mas que de verdad te ponían la piel de gallina
y mas de una vez me hizo preguntar que hubiera sido de mi experiencia en Pixya
si hubiese llegado unos anos antes…
Luego de servicio que se extendió por casi 3 horas, nos
volvimos a la casa a comer unos panuchos que hizo la mama de Marisela a 3 pesos
cada uno y que estaban deliciosos, estaban bastante bien organizados en cuanto
a que muchas personas hacían cosas para vender pero cada uno tenia su día y
hora porque con tan solo 1000 personas el mercado no era muy grande como para
competir todos a la vez.
A la noche el pueblo cobro vida, todo el mundo a la calle a
disfrutar del fresco. Flavio se puso a jugar al futbol con unos chicos en la
cancha, Juan salió a hacer unas fotos y yo me quede conversando con Marisela y
Leonardo. Lo que nunca paro fue la procesión de gente que nos vino a saludar en
la casa de Marisela y que todos o eran, hermanos/as, cunados/as o sobrinos/as,
teniendo 11 hermanos/as y 80 sobrinos/as no era tan sorprendente jijijiji. Así
en la charla de la noche fue cuando descubrí que Marisela junto con otras 9
mujeres tenían un taller de bordados y costura que había abierto con un dinero
que les dio el gobierno federal. Y Adelaida estaba en un grupo similar pero
este de panadería y se imaginaran lo contento que me quede cuando les pregunte
si podía ir a mirar a la mañana siguiente como trabajaban en la panadería y me
dijeron que si.
Luego del partido de Futbol
Entre una cosa y otra nos acostamos como a la 1 de la
madrugada, sobre todo porque cuando nos volvimos a dormir al cenote
aprovechamos que estábamos solos y nos fuimos a bañar una vez mas.
A las 7 sonó la alarma para salir para la panadería, acá
arrancan medio tarde porque como son todas mujeres las que trabajan tienen que
hacer los quehaceres de la casa antes de ir a trabajar.
En el cenote por la tarde
Yo estoy casi seguro que estaba mas contento y eufórico yo
que ellas pero la diferencia era poca porque ellas solo tuvieron una persona
que les enseno a hornear durante un mes (supuestamente iba a ser un mes y medio
pero el maestro de pala decidió que con un mes era suficiente) y luego se han
tenido que valer por si mismas sin nadie que les ensene. Y cuando les dije que
yo hacia mas de 10 anos que eran panadero me empezaron a preguntar recetas y
que le ensenara como hacer cosas nuevas. Y al terminar de hacer lo que ellas
siempre hacen, que tengo que decir no es poco ya que como no tiene amasadora
tienen que sobar más rato las masas para compensar y que también me ensenaron a
mi bastantes cosas que se hacen aquí en México, me puse yo a hacer pizas y
bizcochos.
La Panaderia
Hasta me prestaron un delantal
Hojaldre sin levadura
Masa de mantequilla para hacer "conchas"
Cuernitos
Bizcochos
Las pizas fueron a pedido de ellas porque los sábados venden
piza y querían saber como hacer bien la masa, y los bizcochos me pareció algo
interesante para ensenarles porque ellos tienen algunos panes dulces pero no
tantos.
Yo creo que por lejos ha sido la panadería mas calurosa en
la que he estado y el horno que tienen esta bien pero como tiene 4 pisos y solo
quemadores abajo, hay que pasar las latas de abajo hacia arriba y viceversa y
es mucho el calor.
Ya para la tarde, más y más gente se animaba a hablar con
nosotros sobre todos los niños que creo que a pesar de que se morían de miedo
la curiosidad podía más que ellos.
Además teníamos a Juan, enseñándoles a hacer origamis,
Flavio jugando con los niños y trepándose a los arboles y yo que estaba en
todos lados tratando de absorber tanto como fuera posible de una experiencia
tan única.
Luego de la panaderia toco siesta
Una tarde tranquila en Pixya
Esa tarde también nos invitaron a ir al templo pero ninguno
de los 3 teníamos ganas de otra maratón y muy delicadamente nos escapamos del
servicio y nos quedamos jugando con los gurises quienes obviamente nos
ensenaron cosas a nosotros y hasta nos hicieron unas pulseras de hilo con
nuestros nombres en un ratito.
Al medio día nos cocinaron cerdo en frijoles y por la noche
les devolvimos el favor y yo hice piza para la familia pero creo que mucho no
les gusto porque no estaba picante jjijijij. Igualmente comieron, pero lo mas
lindo fue la charla de sobremesa porque ya con mas confianza se animaron a
preguntarnos la edad y cuando se enteraron que Flavio tiene tan solo 24 anos a
pesar de que le queda poco pelo, Marisela no podía para de reírse cada vez que
lo miraba soltaba la carcajada.
Almuerzo del sabado
Para la noche ya nos dijeron que nos quedáramos en su casa,
y nos colgaron unas hamacas en la cocina. Flavio fue el que mejor salió porque
se llevo el sobre de dormir y paso bien, yo pensé que como había puesto unos
espirales iba a pasar bien pero los mosquitos que ahora tenían para picarme por
arriba y por debajo de la hamaca me terminaron corriendo a la camioneta para
poder dormir y Juan que no lo picaron tanto los mosquitos pero que no sabe
dormir en la hamaca sumado a su insomnio casi que no durmió jijiji.
Domingo, gran día porque era el cumpleaños de Leonardo he
iban a hacer pollo en relleno negro, para lo cual mataron 5 pollos que tenían
en el fondo de la casa y hasta habían estado quemando los chiles por la noche,
eso de quemar chiles si que esta fulero porque el humo que sale de los chiles
es tan potente que en una que fui al almacén que esta a una cuadra a comprar
queso, me lloraban los ojos del humo que llegaba ahí, así que al lado de la
fogata no me quiero ni imaginar.
Quemando los chiles para el relleno negro
La pobre gallina no llego a poner los huevos
Flavio moliendo los chiles quemados, pero habia que tener cuidado porque sino ardia la mano
Pollo en Relleno Negro
Como estábamos nosotros también era todo un evento y más
cuando nos ofrecimos a ayudarlos, cosa que les costó poco tiempo en aceptar y
enseguida nos pusieron a trabajar.
Ayudamos con las sillas y las mesas y con poco por un buen
rato, porque todavía había poco para hacer pero ya me tenían prometido que había
bastante para hacer cuando hubiera que empezar con las tortillas, imagínense
que hacer tortillas como para 40 personas no es poca cosa. Más con mi velocidad
de discapacitado.
Mientras lavaban el maíz y limpiaban los pollos apronte un
mate para compartir, pero no tuvo mucha aceptación, sobre todo por el sabor
amargo, porque tanto como toleran el picante le gustan las cosas dulces y lo
amargo les gusta bien poco. La más divertida fue Marisela que dijo que tenía
gusto a cigarro y se fue corriendo a enjuagar la boca.
Lavando el maiz para llevarlo al molino
Terminando de cocinar
Pero se termino la buena vida, y me toco trabajar, fuimos
con Marisela al moler el maíz, con un buen sequito de niños que siempre nos
seguían para todos lados entre risas y miradas, y nos volvimos como con 30 kgs
de masa.
Enseguida armaron una mesita y una fogata, a estas alturas había
como 4 fuegos por todo el fondo para poder cocinar toda la comida que estaban
haciendo y nos sentamos a tortear.
Empezamos 3 y para mi tortura habían puesto a una niña a
amasar 2 kgs más de maseca (harina preparada) porque no creían que fuera
alcanzar.
Nos pasamos como 2 horas haciendo tortas, eso porque se
llevaron como la mitad para hacerlo en una maquina industrial, y como yo era el
único hombre y encima de otro lado las mujeres no paraban de hablar en maya y
de mirarme y reírse. Sé que varias me querían llevar para su casa para que las
ayudara con las tortillas porque se ve que los hombres acá no colaboran mucho
con la cocinada.
El molino
Torteando el domingo
Como platillo fuerte estaban los pollos con relleno negro
pero para picar habían hecho los menudos de pollo con tripa y todo en una salsa
negra más picante todavía para hacer unos taquitos. Pero igualmente probé un poco para no
despreciar.
Domingo por la tarde, esperando la comida no hay mucho para hacer
A la hora de comer el platillo principal, todavía me picaba
la lengua y tuve que abandonar a mitad del plato, menos mal que Flavio estaba
con hambre y se termino mi comida para que no se desperdiciara.
La gente iba llegando y luego de comer se iban y volvían a
volver, fue todo muy particular y divertido. Mas porque se veía que tanto
Leonardo como Marisela estaban muy oriundos de tenernos a nosotros como
invitados para el cumpleaños pero creo que la verdad los afortunados fuimos
nosotros 3 de encontrar gente tan maravillosa.
A nosotros nos toco en la mesa de los ninos
Guaya es una fruta que se da mucho por todos lados y que comimos bastante durante la estadia en Pixya
Como ya se nos venia la tarde llego la hora de decir adiós,
y ahí se noto mas aun lo mucho que nos habían llegado a querer en tan poco
tiempo porque varias se fueron con los ojos llorosos al despedirse. Como seria
que hasta logre convencer a Marisela y Leonardo de sacarse una foto con
nosotros frente a la camioneta porque durante todo el fin de semana nos habían
dicho que no querían fotos que no les gustan y si bien robamos alguna que otra
nos tratamos de comportar y de no sacar muchas, mas que nada Juan que con la
limitación impuesta y todos saco casi 700 fotos en esos 3 días jijijiji
Juan que es profesor de dibujo les dejo varios disenos nuevos para el taller de bordado
Flavio, Leonardo, Carlos, Diego, Maricela y Yo
Juan, Adelaida, Leonardo, Carlos, Diego, Maricela y Yo
Y nos fuimos de Pixya, un lugar mágico y espectacular al que
si puedo voy a volver antes de seguir para el sur, para ver si me puedo quedar
una semana o 2 para ensenarles un poco mas de panadería a las panaderas y
compartir un rato mas con tan maravillosa gente.
Pero como Juan se tiene que tomar el avión el martes desde
Cancún, aunque todavía no ha comprado el pasaje, y queríamos ver Chichen Itzá,
una de las maravillas del mundo moderno, nos dirigimos rumbo a Valladolid. Pero
eso será para otro día
Gracias por leer
Juan